Vislumbran expertos que computación, medicina y comunicaciones alcanzarán la velocidad de la luz
Texto: Antimio Cruz Foto: Patrón circular de luz. INAOE
Ninguna velocidad es superior a la velocidad de la luz. Esta es una de la muchas propiedades que hace especial a este tipo de radiación electromagnética y que ocupa los desvelos de una legión de científicos de todo el mundo que se reunieron en Puebla, hasta el día de ayer.
Al concluir la XXII Reunión de la Comisión Internacional de Óptica (ICO-22), que tuvo como lema La luz para la vida (Light for life, en inglés), los asistentes concluyeron que se vislumbra un uso, cada vez más cotidiano, de la luz en la computación, la medicina, las comunicaciones y otra decena de campos de importantes para la sociedad.
Las mejores tecnologías y modelos matemáticos para manejar esta radiación y los materiales con los que reacciona modificarán la manera como se adquieren, procesan y despliegan datos, que ya no serán impulsos eléctricos, como cuando sólo se usaban cables de cobre.
El futuro pasa necesariamente por la expansión de la fibra óptica y convertir los datos en pulsos de luz, como explicó a Crónica el doctor Alejandro Cornejo, vicepresidente del Comité Organizador de ICO-22 e investigador emérito del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.
“A través de la fibra óptica se mandan señales de luz codificada, de un lugar a otro. El antiguo cable metálico llevaba una buena cantidad de información, pero era más lento y muy pesado. Hoy tenemos esta fibra que es muy ligera, maleable y con mil veces más capacidad de mandar información.
“Uno de los sueños de la gente que trabaja en el campo de la óptica es llegar a tener la computadora óptica, donde toda la transmisión de datos ya no va a ser a través de voltajes y corrientes sino a través de la luz, que aparte de llevar mucha información, tendrá una velocidad inigualable, impresionante, la mayor que conocemos”, indicó el experto, que formó parte del comité que recibió a 600 expertos de todo el mundo, junto con el doctor Fernando Mendoza Santoyo, presidente del comité e investigador del Centro de Investigación en Óptica (CIO), del Conacyt, en León, Guanajuato.
A lo largo de una semana, analizaron y discutieron 550 trabajos estudiantes de diferentes grados, junto con autoridades mundiales en óptica como el doctor Joseph Goodman, de la Universidad de Stanford; Mitsuo Takeda, de la Universidad de Electro-Comunicaciones, de Japón; Susana Marcos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España; Wolfgang Osten, de la Universidad de Stuttgart, Alemania y Colin Sheppard, de la Universidad Nacional de Singapur.
“Hay muchos avances que benefician a toda la sociedad, aunque a veces no se conozcan, por ejemplo, en medicina, el estudio de materiales y tecnologías sensibles a la luz permitií elaborar cámaras endoscópicas que, gracias a su flexibilidad, pueden mandar imágenes de mucha calidad y llegan con menos limitaciones a zonas complejas del cuerpo humano sin necesidad de que el paciente sea abierto para una cirugía”, añadió el doctor Cornejo.
Avances similares se presentan en muchos campos, de la industria, la educación, las comunicaciones y la ciencia; partiendo del microscopio y el telescopio y llegando hasta las gigantescas redes de luz que conducen textos, voz, fotografías y video por internet.
En este campo, México no es un país periférico, cuenta con científicos de vanguardia, como se expresó en esta reunión ICO-22.
“Igual que en muchas otras áreas de la ciencia y de la tecnología, nuestro país trabajan con los avances científicos de frontera. Nuestro reto es encontrar mecanismos adecuados para pasar a hacer aplicaciones tecnológicas o industriales. El hecho de que México sea el primer país latinoamericano que organiza este encuentro habla precisamente del buen nivel que tenemos en este campo”, añadió el doctor Cornejo.
De los 550 trabajos sobre nuevos hallazgos en óptica, presentados en Puebla, en el ICO-22, más de la mitad fueron presentaron por mexicanos de diferentes instituciones, incluyendo el INAOE, CIO, BUAP, CICESE, UAM, UNAM, UdeG, UANL, UMSNH, UADY y UNISON, entre otras.
Ninguna velocidad es superior a la velocidad de la luz. Esta es una de la muchas propiedades que hace especial a este tipo de radiación electromagnética y que ocupa los desvelos de una legión de científicos de todo el mundo que se reunieron en Puebla, hasta el día de ayer.
Al concluir la XXII Reunión de la Comisión Internacional de Óptica (ICO-22), que tuvo como lema La luz para la vida (Light for life, en inglés), los asistentes concluyeron que se vislumbra un uso, cada vez más cotidiano, de la luz en la computación, la medicina, las comunicaciones y otra decena de campos de importantes para la sociedad.
Las mejores tecnologías y modelos matemáticos para manejar esta radiación y los materiales con los que reacciona modificarán la manera como se adquieren, procesan y despliegan datos, que ya no serán impulsos eléctricos, como cuando sólo se usaban cables de cobre.
El futuro pasa necesariamente por la expansión de la fibra óptica y convertir los datos en pulsos de luz, como explicó a Crónica el doctor Alejandro Cornejo, vicepresidente del Comité Organizador de ICO-22 e investigador emérito del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.
“A través de la fibra óptica se mandan señales de luz codificada, de un lugar a otro. El antiguo cable metálico llevaba una buena cantidad de información, pero era más lento y muy pesado. Hoy tenemos esta fibra que es muy ligera, maleable y con mil veces más capacidad de mandar información.
“Uno de los sueños de la gente que trabaja en el campo de la óptica es llegar a tener la computadora óptica, donde toda la transmisión de datos ya no va a ser a través de voltajes y corrientes sino a través de la luz, que aparte de llevar mucha información, tendrá una velocidad inigualable, impresionante, la mayor que conocemos”, indicó el experto, que formó parte del comité que recibió a 600 expertos de todo el mundo, junto con el doctor Fernando Mendoza Santoyo, presidente del comité e investigador del Centro de Investigación en Óptica (CIO), del Conacyt, en León, Guanajuato.
A lo largo de una semana, analizaron y discutieron 550 trabajos estudiantes de diferentes grados, junto con autoridades mundiales en óptica como el doctor Joseph Goodman, de la Universidad de Stanford; Mitsuo Takeda, de la Universidad de Electro-Comunicaciones, de Japón; Susana Marcos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España; Wolfgang Osten, de la Universidad de Stuttgart, Alemania y Colin Sheppard, de la Universidad Nacional de Singapur.
“Hay muchos avances que benefician a toda la sociedad, aunque a veces no se conozcan, por ejemplo, en medicina, el estudio de materiales y tecnologías sensibles a la luz permitií elaborar cámaras endoscópicas que, gracias a su flexibilidad, pueden mandar imágenes de mucha calidad y llegan con menos limitaciones a zonas complejas del cuerpo humano sin necesidad de que el paciente sea abierto para una cirugía”, añadió el doctor Cornejo.
Avances similares se presentan en muchos campos, de la industria, la educación, las comunicaciones y la ciencia; partiendo del microscopio y el telescopio y llegando hasta las gigantescas redes de luz que conducen textos, voz, fotografías y video por internet.
En este campo, México no es un país periférico, cuenta con científicos de vanguardia, como se expresó en esta reunión ICO-22.
“Igual que en muchas otras áreas de la ciencia y de la tecnología, nuestro país trabajan con los avances científicos de frontera. Nuestro reto es encontrar mecanismos adecuados para pasar a hacer aplicaciones tecnológicas o industriales. El hecho de que México sea el primer país latinoamericano que organiza este encuentro habla precisamente del buen nivel que tenemos en este campo”, añadió el doctor Cornejo.
De los 550 trabajos sobre nuevos hallazgos en óptica, presentados en Puebla, en el ICO-22, más de la mitad fueron presentaron por mexicanos de diferentes instituciones, incluyendo el INAOE, CIO, BUAP, CICESE, UAM, UNAM, UdeG, UANL, UMSNH, UADY y UNISON, entre otras.