Cancún, Monterrey, Mexicali y Tijuana están expuestas a una crisis de agua: AMC
Texto: Antimio Cruz Foto: Crónica
Cancún, Monterrey, Mexicali y Tijuana son las cuatro ciudades de la república que, inevitablemente, tendrán que buscar nuevas fuentes de abasto de agua dulce antes del año 2030 debido a su imparable crecimiento demográfico y a que sus actuales fuentes hídricas se están agotando.
Así lo señalaron investigadores del Colegio de Sonora y del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) dentro de un estudio sobre el futuro del agua dulce en las ciudades del país, encargado por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Los especialistas Nicolás Pineda Pablos, Alejandro Salazar Adams y Mario Buenfil Rodríguez, calculan que, sin cambios, el consumo anual promedio de agua por ciudad pasará de 155 millones a 241 millones de metros cúbicos, es decir un aumento de 55%.
El texto fue difundido en México, coincidiendo con la Semana Internacional del Agua, que se realiza en Estocolmo, Suecia. Opina que existen urbes, como la Ciudad de México, Acapulco, Morelia y San Luis Potosí, que pueden superar el umbral del año 2030 sin necesidad de buscar más fuentes de agua dulce siempre y cuando hagan un profundo ajuste a sus sistemas de distribución, para evitar desperdicios.
Hay otras ciudades, que están creciendo mucho y prácticamente no tienen ligares de dónde obtener agua, como Aguascalientes y Torreón, que sólo tienen como opción el aumento de tarifas para estimular un uso extremadamente cuidadoso del agua entre su creciente población.
El estudio forma parte del nuevo libro de la AMC, llamado Agua dulce: cauces y encauses.
De acuerdo con un comunicado de la Academia sobre los resultados de esta investigación, “la aplicación de una política comercial efectiva que reduzca al mínimo la tasa de usuarios que no pagan y hacer del cobro volumétrico un incentivo para el ahorro y la conservación del agua, son las formas más económicas y seguras de enfrentar la eventual disminución en la disponibilidad del vital líquido que aguarda en el futuro cercano”.
Los dos factores que harán más complejo el problema de la disponibilidad de agua en las próximas dos décadas son: en primer lugar la perspectiva de mayor crecimiento poblacional pues actualmente el 55 % de los mexicanos vive en ciudades y este porcentaje podría llegar al 70 % en el año 2030.
Un segundo factor de presión es la posible reducción de la disponibilidad de agua debido a los efectos del calentamiento global y el cambio climático, que son, por ahora, impredecibles.
Los especialistas plantean cuatro escenarios para el 2030. Uno, mantener los mismos patrones de consumo y eficiencia. Dos, incrementar la eficiencia física en 80 por ciento en todas las ciudades. Tres, incrementar la eficiencia física a 95 % y aumentar la cobranza. Y cuatro, además de los citados incrementos de eficiencia, aumentar 50 % la tarifa.
El escenario Uno conduciría a una crisis de agua en las ciudades. El escenario Dos permitiría que ciudades como Acapulco, Ciudad de México, Morelia y San Luis Potosí, no requerirían de fuentes adicionales de agua.
El escenario Tres permitiría a las ciudades de Culiacán, Hermosillo y Puebla, satisfacer su demanda de agua con la misma producción actual. El escenario Cuatro parece inevitable para ciudades que tienen poco margen para aumentar sus fuentes de agua, como Aguascalientes y Torreón.
Pero inevitablemente algunas ciudades como Tijuana, Cancún, Monterrey y Mexicali, requerirían a nuevas fuentes de suministro de agua.
Cancún, Monterrey, Mexicali y Tijuana son las cuatro ciudades de la república que, inevitablemente, tendrán que buscar nuevas fuentes de abasto de agua dulce antes del año 2030 debido a su imparable crecimiento demográfico y a que sus actuales fuentes hídricas se están agotando.
Así lo señalaron investigadores del Colegio de Sonora y del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) dentro de un estudio sobre el futuro del agua dulce en las ciudades del país, encargado por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Los especialistas Nicolás Pineda Pablos, Alejandro Salazar Adams y Mario Buenfil Rodríguez, calculan que, sin cambios, el consumo anual promedio de agua por ciudad pasará de 155 millones a 241 millones de metros cúbicos, es decir un aumento de 55%.
El texto fue difundido en México, coincidiendo con la Semana Internacional del Agua, que se realiza en Estocolmo, Suecia. Opina que existen urbes, como la Ciudad de México, Acapulco, Morelia y San Luis Potosí, que pueden superar el umbral del año 2030 sin necesidad de buscar más fuentes de agua dulce siempre y cuando hagan un profundo ajuste a sus sistemas de distribución, para evitar desperdicios.
Hay otras ciudades, que están creciendo mucho y prácticamente no tienen ligares de dónde obtener agua, como Aguascalientes y Torreón, que sólo tienen como opción el aumento de tarifas para estimular un uso extremadamente cuidadoso del agua entre su creciente población.
El estudio forma parte del nuevo libro de la AMC, llamado Agua dulce: cauces y encauses.
De acuerdo con un comunicado de la Academia sobre los resultados de esta investigación, “la aplicación de una política comercial efectiva que reduzca al mínimo la tasa de usuarios que no pagan y hacer del cobro volumétrico un incentivo para el ahorro y la conservación del agua, son las formas más económicas y seguras de enfrentar la eventual disminución en la disponibilidad del vital líquido que aguarda en el futuro cercano”.
Los dos factores que harán más complejo el problema de la disponibilidad de agua en las próximas dos décadas son: en primer lugar la perspectiva de mayor crecimiento poblacional pues actualmente el 55 % de los mexicanos vive en ciudades y este porcentaje podría llegar al 70 % en el año 2030.
Un segundo factor de presión es la posible reducción de la disponibilidad de agua debido a los efectos del calentamiento global y el cambio climático, que son, por ahora, impredecibles.
Los especialistas plantean cuatro escenarios para el 2030. Uno, mantener los mismos patrones de consumo y eficiencia. Dos, incrementar la eficiencia física en 80 por ciento en todas las ciudades. Tres, incrementar la eficiencia física a 95 % y aumentar la cobranza. Y cuatro, además de los citados incrementos de eficiencia, aumentar 50 % la tarifa.
El escenario Uno conduciría a una crisis de agua en las ciudades. El escenario Dos permitiría que ciudades como Acapulco, Ciudad de México, Morelia y San Luis Potosí, no requerirían de fuentes adicionales de agua.
El escenario Tres permitiría a las ciudades de Culiacán, Hermosillo y Puebla, satisfacer su demanda de agua con la misma producción actual. El escenario Cuatro parece inevitable para ciudades que tienen poco margen para aumentar sus fuentes de agua, como Aguascalientes y Torreón.
Pero inevitablemente algunas ciudades como Tijuana, Cancún, Monterrey y Mexicali, requerirían a nuevas fuentes de suministro de agua.