Hay que democratizar el acceso a detección temprana de cáncer de mama: Julián Ríos


(02/08/20) Antimio Cruz . A los 21 años de edad, el mexicano Julián Ríos navega por las entrecruzadas corrientes de la genialidad precoz, donde las aguas bravas, remansos y caídas aparecen en secuencias de gran velocidad. La meta de este joven se resume en ocho palabras: Democratizar la detección temprana de cáncer de mama. 

A los 17 de años de edad, cuando estudiaba preparatoria en el Tec de Monterrey, Julián Ríos inventó el brasier EVA capaz de diagnosticar la presencia de cáncer de seno por medio de cambios en la temperatura de tejidos. Al cumplir 19 años, su invento había recibido reconocimientos de sociedades médicas de México, Estados Unidos e Inglaterra; obtuvo la Medalla Presidencial Sol Azteca en Ciencia y Tecnología, y arrancó un protocolo de investigación con 4 mil 500 voluntarias para validación la eficacia del sostén de diagnóstico. 

Al concluir el primer semestre de la carrera de Física una empresa tecnológica de Silicon Valley le ofreció 190 mil dólares para dejar la escuela y dedicarse de tiempo completo al proyecto EVA. Decidió correr el riesgo, creó una empresa start upy ahora trabaja junto con socios expertos en software e inteligencia artificial en construir cabinas de detección temprana de cáncer e instalarlas en centros comerciales de Ciudad de México, Monterrey y Puebla. Además, con diferentes empresas socias crearon un seguro de gastos médicos contra cáncer que ayuda a enfrentar los gastos de quien tiene diagnóstico positivo. 

Motivación personal

Los alcances del proyecto EVA Center y el Seguro EVA no son sólo producto de una inteligencia destacada; su origen pudo postrar a muchos: cuando Julián tenía 17 años, su mamá Graciela Ríos, recibió un segundo diagnóstico de cáncer de seno. Eso detonó una extraordinaria pulsión creativa en el joven que originalmente deseaba ser astrofísico y crear tecnología para estudiar el espacio. 

Ella estaba llorando, temblando e hiperventilando. Unos minutos antes había recibido el diagnóstico de cáncer de pecho invasivo. Era una de las muchas pacientes que recibirían un diagnóstico similar ese día. Mientras la veía yo me sentía impotente y lo único que podía hacer era decirme a mí mismo: tiene que haber otra manera, tiene que haber otra manera”, cuenta Julián al recordar el momento en que inició su odisea, que no ha sido un paseo por un campo florido.

Ahora, en entrevista para los lectores de Crónica, habla de su nueva empresa de base tecnológica, explica que después de tres años, en los que desarrollaron un brasier de detección muy avanzado, decidieron cambiar y enfocar más energía al desarrollo de cabinas para detección que han llamado EVA Center, ya que el brasier inteligente podía haber llegado a miles o decenas de miles de mujeres, mientras que las cabinas pueden beneficiar a cientos de miles o a millones. 

Tengo socios que son mayores que yo y ellos son grandes tecnólogos que han fortalecido lo que yo empecé en desarrollo de software, sensores e inteligencia artificial. Juntos hemos creado una tecnología avanzada y amigable para exploración en el que las mujeres pueden obtener un diagnóstico sin exponerse a radiaciones, por medio de imágenes infrarrojas, con total privacidad, guiadas por EVA, apoyadas por la interacción con una tablet y en cabinas que detectan cambios de temperatura”, dice el joven nacido en Monterrey, Nuevo León y que antes de los 20 años ya había sido profesor invitado de los Laboratorios de Innovación de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). 

Es lógico preguntar cómo podría beneficiar su equipo a la salud pública, considerando que ayuda a realizar diagnóstico temprano contra cáncer, pero Julián Ríos no se va por la respuesta fácil; pide pensar mucho más allá del tema del diagnóstico temprano:

Sí, el diagnóstico temprano es una de las mejores herramientas para combatir el cáncer de mama, pero se ha hablado demasiado de este tema sin reconocer que no por detectarlo temprano cambiaremos la historia natural de la enfermedad. Necesitamos que México no sólo se enfoque en campañas masivas de mastografías sino en mejorar el sistema para dar el tratamiento adecuado, en el tiempo adecuado, no queremos que sigan los casos donde el tratamiento llega meses tarde o que no es el indicado, por eso nosotros no sólo pensamos en la tecnología sino en un seguro que ayude financieramente a la paciente a tener tratamiento adecuado, independientemente del grado en que se encuentre su enfermedad”, apunta. 

Julián Ríos dice que en México hay excelentes centros de atención contra el cáncer, como el INCan, en la capital del país, pero hay que reconocer que hay grandes diferencias entre esos centros de atención y los que hay en otras ciudades y comunidades, por eso él y su grupo usan tecnología para reducir costos, hacer menos invasivas y elevar la eficiencia en diagnósticos.

Ahora hemos entrado en una etapa en la que no queremos dar más servicios sino optimizar los que ya damos”, dice. 

Una pregunta obligada para el joven inventor, que sigue remando hacia su objetivo de democratizar la detección de cáncer, es cómo está la salud de su mamá, Graciela Ríos.

Mi mamá es el plano en el que he basado mi vida. Ella continúa luchando contra el cáncer y creciendo personalmente; mejorando y buscando soluciones. Es una mujer que dos veces ha tendido cáncer de mama y otros problemas de salud graves, pero aún así no ha habido un solo día que no la haya visto levantarse para luchar. Mi mamá es uno de esos mexicanos que tanto necesitamos. No importa el reto que se le ponga enfrente ella estará bien porque está en la lucha”, indica este joven mexicano de 21 años de edad. 

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