Cinvestav-Mérida usa toxinas de Pez León como herramienta para estudiar Alzheimer


(Publicado 15/08/20) Texto: Antimio Cruz . Foto: Cinvestav. Científicos de la Unidad Mérida, del Centro e Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) estudian el veneno del Pez León pues ha descubierto que algunas toxinas presentes en su veneno tienen influencia sobre la producción o reducción de la producción de neurotransmisores que intervienen en el avance de la Enfermedad de Alzheimer. 

El equipo está integrado por  Mayra Pamela Becerra Amezcua, Carlos Puch Hau y Reyna Cristina Collí Dulá, quienes trabajan en el Laboratorio de Biotecnología y Toxicología Molecular de Cinvestav Mérida. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Environmental Toxicology and Pharmacology. 

El Pez León (Pterois antennata) es una especie originaria del Océanos Indico tropical y el occidente del Océano Pacífico Por un descuido de coleccionistas de peces varias poblaciones fueron liberadas en el Mar caribe y se ha convertido en una especie 

invasora que se multiplica rápidamente, compite por recursos con los peces locales y ha impactado gravemente los ecosistemas del Mar Caribe. En tanto se trabaja para erradicarlo, los investigadores en biotecnología y toxicología molecular de Cinvestav tratan de conocer sus mecanismos de defensa y ataque, con posible aprovechamiento para la salud. 

Herramientas moleculares

En laboratorio de Biotecnología y Toxicología Molecular de Cinvestav Mérida, Mayra Pamela Becerra Amezcua es investigadora posdoctoral, Carlos Puch Hau investigador asociado y Reyna Cristina Collí Dulá investigadora del programa de Cátedras Conacyt. Ellos señalan que algunas toxinas que presenta el veneno de las espinas del pez león son una fuente importante de moléculas que pueden ser utilizadas como herramientas moleculares para entender diversas patologías. 

Los investigadores han relacionado las toxinas de este veneno con el estudio de la enfermedad de Alzheimer, al analizar su efecto en los receptores de acetilcolina de tipo nicotínico, lo que ha constituido el proyecto posdoctoral de Pamela Becerra.

Se sabe que la acetilcolina es uno de los principales neurotransmisores o biomoléculas que permiten la transmisión de información desde una neurona a otra, al estar involucrado en diferentes funciones del organismo, como el movimiento voluntario de los músculos, actividades del sistema nervioso autónomo e incluso en procesos de atención y aprendizaje, por lo que se ha asociado el tener bajos niveles de acetilcolina con la presencia de síntomas del alzheimer.

Usando técnicas de inmunofluorescencia, análisis electrofisiológico y de expresión de algunos genes relacionados con la enzima acetilcolinesterasa, los investigadores, en colaboración con Arisai Hernández Sámano y Manuel Aguilar Ramirez, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estudiaron los efectos del veneno del pez león en los sistemas dopaminérgicos y colinérgicos utilizando diferentes organismos modelos.

Ellos hallaron que las toxinas del pez león afectan a las neuronas dopaminérgicas y que tienen un efecto inhibitorio en ciertos receptores neuronales humanos y de peces cebra.

Eso nos dice que existe una interacción (del veneno) con receptores de acetilcolina expresados en los embriones de peces cebra estudiados; a partir de ese dato revisamos en la literatura científica cómo es que otras toxinas, provenientes del veneno de otros organismos, también interactúan con la neurotransmisión de acetilcolina”, indica el reporte de la investigación .

Estos resultados podrían ser de ayuda para estudiar el alzheimer, ya que el aumento en la actividad de la enzima acetilcolisterasa, ligada con la neurotransmisión de acetilcolina, está relacionada con el desarrollo de esa enfermedad. De modo que analizar las toxinas del veneno del pez león podría ayudar a entender mejor cómo se presenta este padecimiento neurodegenerativo.

Los efectos que presenta el veneno del pez león son similares a lo que ocurre en la enfermedad de Alzheimer, atribuidos al aumento de la actividad de la acetilcolisterasa. En consecuencia, con los resultados de este estudio podemos empezar a desarrollar una investigación sobre las interacciones de las toxinas aisladas de venenos marinos para propósitos de análisis médicos”, explicaron los autores del estudio..


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