DF ya no es Tierra Prometida sino expulsora de migrantes, dice geógrafa Honoris Causa de la UNAM
Texto y fotos: Antimio Cruz
“Aunque no lo crean… y yo soy una de las que apenas lo cree. Yo subí hasta el cráter del volcán Popocatépetl”, dijo con una sonrisa, que le iluminó el rostro, la geógrafa María Teresa Gutiérrez Vázquez.
Ayer, 62 años después de que cumplió su sueño de ser contratada como investigadora del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México, la profesora Gutiérrez Vázquez recibió un homenaje de sus alumnos. El auditorio estuvo lleno de jóvenes, cuatro días después de ella recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
No se trata de cualquier galardón. En cien años, la UNAM ha otorgado 180 Honoris Causa a personas de la talla de Theodore Roosvelt, José Vasconcelos, Santiago Ramón y Cajal, Alfonso Caso, Octavio Paz y Juan Rulfo. Ella es precursora de la geografía en México e impulsora de una rama estratégica, la geografía urbana.
Guapa, perfectamente maquillada, peinada y vestida, esta mujer que cuando era adolescente llegaba a la Facultad Filosofía y Letras vestida con traje deportivo de Softball y zapatos para tierra o spikes, ofreció este lunes una conferencia magistral, con reflexiones científicas, pero generosamente enriquecida con reflexiones sobre la vida.
“He tenido una vida muy afortunada; muchas veces me tocó ser la primera mujer en hacer esto u lo otro. He sido feliz y hoy puedo decir que lo más difícil de obtener en la ciencia es el aprecio de nuestros compañeros y creo que yo lo he obtenido”, dijo ante doscientos jóvenes.
Estudiar las ciudades
La investigadora hizo una larga revisión de los estudios geográficos en México, combinando el aspecto físico con el demográfico y pidió que se ponga más atención a la geografía agraria y a la urbana.
Subrayó, pensando en el futuro, que las ciudades mexicanas menores a 100 mil habitantes tendrán un papel protagónico para México en los próximos años y es fundamental estudiarlas porque tienen dinámicas e indicadores de eficiencia diferentes a las grandes ciudades
Dijo que actualmente el Distrito Federal ya no es la tierra prometida de quienes migran dentro del país, al contrario, el DF ya es la principal entidad expulsora de habitantes.
"Muchos de esos habitantes están siendo recibidos por ciudades con menos de 100 mil habitantes. Estas muestran un gran dinamismo, pero también tienen nuevos problemas, por ejemplo, uno de los problemas que más van a causar preocupación en México en los próximos años es el crecimiento demográfico de ciudades asentadas en zonas áridas, por ejemplo las del norte del país”, indicó.
Las ciudades en zonas áridas tendrán mayores exigencias de agua, energía y tecnologías para controlar las temperaturas en espacios cerrados, y esto implicará nuevas exigencias para los mexicanos en conjunto.
La charla fue larga y llena de bromas. Antes de participar en un panel de preguntas en el que participaron muchos de sus estudiantes más jóvenes, la profesora les dio un consejo directo. “Estudiar idiomas es necesario para quitarse muchas barreras al hacer ciencia. Hay que hablar por lo menos inglés y francés. Se los digo a ustedes, los jóvenes. No se hagan guajes ¿eh?”.
“Aunque no lo crean… y yo soy una de las que apenas lo cree. Yo subí hasta el cráter del volcán Popocatépetl”, dijo con una sonrisa, que le iluminó el rostro, la geógrafa María Teresa Gutiérrez Vázquez.
Ayer, 62 años después de que cumplió su sueño de ser contratada como investigadora del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México, la profesora Gutiérrez Vázquez recibió un homenaje de sus alumnos. El auditorio estuvo lleno de jóvenes, cuatro días después de ella recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
No se trata de cualquier galardón. En cien años, la UNAM ha otorgado 180 Honoris Causa a personas de la talla de Theodore Roosvelt, José Vasconcelos, Santiago Ramón y Cajal, Alfonso Caso, Octavio Paz y Juan Rulfo. Ella es precursora de la geografía en México e impulsora de una rama estratégica, la geografía urbana.
Guapa, perfectamente maquillada, peinada y vestida, esta mujer que cuando era adolescente llegaba a la Facultad Filosofía y Letras vestida con traje deportivo de Softball y zapatos para tierra o spikes, ofreció este lunes una conferencia magistral, con reflexiones científicas, pero generosamente enriquecida con reflexiones sobre la vida.
“He tenido una vida muy afortunada; muchas veces me tocó ser la primera mujer en hacer esto u lo otro. He sido feliz y hoy puedo decir que lo más difícil de obtener en la ciencia es el aprecio de nuestros compañeros y creo que yo lo he obtenido”, dijo ante doscientos jóvenes.
Estudiar las ciudades
La investigadora hizo una larga revisión de los estudios geográficos en México, combinando el aspecto físico con el demográfico y pidió que se ponga más atención a la geografía agraria y a la urbana.
Subrayó, pensando en el futuro, que las ciudades mexicanas menores a 100 mil habitantes tendrán un papel protagónico para México en los próximos años y es fundamental estudiarlas porque tienen dinámicas e indicadores de eficiencia diferentes a las grandes ciudades
Dijo que actualmente el Distrito Federal ya no es la tierra prometida de quienes migran dentro del país, al contrario, el DF ya es la principal entidad expulsora de habitantes.
"Muchos de esos habitantes están siendo recibidos por ciudades con menos de 100 mil habitantes. Estas muestran un gran dinamismo, pero también tienen nuevos problemas, por ejemplo, uno de los problemas que más van a causar preocupación en México en los próximos años es el crecimiento demográfico de ciudades asentadas en zonas áridas, por ejemplo las del norte del país”, indicó.
Las ciudades en zonas áridas tendrán mayores exigencias de agua, energía y tecnologías para controlar las temperaturas en espacios cerrados, y esto implicará nuevas exigencias para los mexicanos en conjunto.
La charla fue larga y llena de bromas. Antes de participar en un panel de preguntas en el que participaron muchos de sus estudiantes más jóvenes, la profesora les dio un consejo directo. “Estudiar idiomas es necesario para quitarse muchas barreras al hacer ciencia. Hay que hablar por lo menos inglés y francés. Se los digo a ustedes, los jóvenes. No se hagan guajes ¿eh?”.