Mediante prueba y error, aves construyen sus nidos
Texto: Antimio Cruz Fotos: Antimio Cruz, Chris Eason y www.birdholydays.co.uk
Las aves no construyen sus nidos apoyadas en comportamientos instintivos y automáticos, actúan a partir de la experiencia acumulada por prueba y error. Este proceso de aprendizaje en construcción es descrito en un artículo publicado esta semana por la revista científica Behavioural Processes.
Científicos de tres universidades escocesas colaboraron en la investigación que llegó a estas conclusiones: la Universidad de Edimburgo, la Universidad St. Andrew y la Universidad de Glasgow.
Para fundamentar su hipótesis sobre el aprendizaje de las aves en su proceso de construcción, los científicos tomaron como modelo un ave de África cuyo nombre se traduce al español como El Tejedor Enmascarado Sureño (Southern Masked Weaver) y que tiene el nombre científico Ploceus velatus. Esta ave construye múltiples nidos de hierba durante su temporada de crianza.
Los animales observados para este estudio viven en Botswana, África y contradijeron la idea, comúnmente extendida entre los científicos, de que la construcción del nido es una habilidad innata.
Los investigadores encontraron que las aves varían su técnica de construcción de un nido a otro. Algunas aves hacen sus nidos de izquierda a derecha, y otros de derecha a izquierda, dependiendo de necesidades específicas del entorno del nido.
En la medida en que las aves adquirieron más experiencia en la construcción de nidos dejaron caer hojas y ramas con menos frecuencia, lo que les ayudó a realizar menos viajes para transportar materiales y hacer más eficiente su tiempo y gasto de energía. En conjunto, mayor experiencia se reflejó en mayor habilidad constructiva y la demostración de que el arte de la construcción de nidos requiere un aprendizaje.
Investigadores de las universidades de Edimburgo, St. Andrews y Glasgow, junto con científicos de Botswana afirma en el artículo de Behavioural
Processes que sus hallazgos pueden contribuir a responder preguntas que se han debatido durante décadas, por ejemplo: cómo inician las aves la construcción de un nido; si tienen la capacidad mental para aprender o si sus habilidades son desarrolladas a través de la repetición.
Los investigadores eligieron a la colorida ave africana Tejedor Enmascarado Sureño debido a que construye nidos complejos, lo cual es potencialmente un signo de inteligencia. Además, estos pájaros construyen muchos nidos en cada temporada: a menudo tejen docenas de nidos en tres o cuatro meses, permitiendo que el equipo pueda monitorear u observar las diferencias en los nidos construidos por un mismo pájaro.
El doctor Patrick Walsh, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Edimburgo, escribió que: "Si los pájaros construyeran sus nidos de acuerdo con un patrón genético, se podría esperar que todas las aves construyeran de la misma manera cada vez. Sin embargo este no es el caso. El Tejedor Enmascarado Sureño muestra fuertes variaciones en su aproximación cada vez que inicia un nido. Esto revela una clara función de la experiencia y permite decir que, incluso entre aves, la práctica hace al maestro".
La investigación fue financiada por la Fundación británica Leverhulme, establecida en 1925 y dedicada a apoyar la ciencia y la educación.
Las aves no construyen sus nidos apoyadas en comportamientos instintivos y automáticos, actúan a partir de la experiencia acumulada por prueba y error. Este proceso de aprendizaje en construcción es descrito en un artículo publicado esta semana por la revista científica Behavioural Processes.
Científicos de tres universidades escocesas colaboraron en la investigación que llegó a estas conclusiones: la Universidad de Edimburgo, la Universidad St. Andrew y la Universidad de Glasgow.
Para fundamentar su hipótesis sobre el aprendizaje de las aves en su proceso de construcción, los científicos tomaron como modelo un ave de África cuyo nombre se traduce al español como El Tejedor Enmascarado Sureño (Southern Masked Weaver) y que tiene el nombre científico Ploceus velatus. Esta ave construye múltiples nidos de hierba durante su temporada de crianza.
Los animales observados para este estudio viven en Botswana, África y contradijeron la idea, comúnmente extendida entre los científicos, de que la construcción del nido es una habilidad innata.
Los investigadores encontraron que las aves varían su técnica de construcción de un nido a otro. Algunas aves hacen sus nidos de izquierda a derecha, y otros de derecha a izquierda, dependiendo de necesidades específicas del entorno del nido.
En la medida en que las aves adquirieron más experiencia en la construcción de nidos dejaron caer hojas y ramas con menos frecuencia, lo que les ayudó a realizar menos viajes para transportar materiales y hacer más eficiente su tiempo y gasto de energía. En conjunto, mayor experiencia se reflejó en mayor habilidad constructiva y la demostración de que el arte de la construcción de nidos requiere un aprendizaje.
Investigadores de las universidades de Edimburgo, St. Andrews y Glasgow, junto con científicos de Botswana afirma en el artículo de Behavioural
Processes que sus hallazgos pueden contribuir a responder preguntas que se han debatido durante décadas, por ejemplo: cómo inician las aves la construcción de un nido; si tienen la capacidad mental para aprender o si sus habilidades son desarrolladas a través de la repetición.
Los investigadores eligieron a la colorida ave africana Tejedor Enmascarado Sureño debido a que construye nidos complejos, lo cual es potencialmente un signo de inteligencia. Además, estos pájaros construyen muchos nidos en cada temporada: a menudo tejen docenas de nidos en tres o cuatro meses, permitiendo que el equipo pueda monitorear u observar las diferencias en los nidos construidos por un mismo pájaro.
El doctor Patrick Walsh, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Edimburgo, escribió que: "Si los pájaros construyeran sus nidos de acuerdo con un patrón genético, se podría esperar que todas las aves construyeran de la misma manera cada vez. Sin embargo este no es el caso. El Tejedor Enmascarado Sureño muestra fuertes variaciones en su aproximación cada vez que inicia un nido. Esto revela una clara función de la experiencia y permite decir que, incluso entre aves, la práctica hace al maestro".
La investigación fue financiada por la Fundación británica Leverhulme, establecida en 1925 y dedicada a apoyar la ciencia y la educación.