Experimento mexicano viaja en Misión a Marte

TEXTO: Antimio Cruz FOTOS: NASA y UNAM

La misión más ambiciosa de toda la historia para buscar rastros de vida en el planeta Marte, despegó ayer de la Tierra y lleva entre sus equipos un experimento diseñado por el científico mexicano Rafael Navarro González, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El experimento mexicano fue seleccionado por la NASA desde diciembre de 2004, después de una difícil competencia entre experimentos propuestos por científicos de todo el mundo. Siete años después la investigación diseñada por Navarro González ya vuela rumbo a otro planeta.

Este sábado, cuando en la Ciudad de México eran las nueve de la mañana con dos minutos. en Cabo Cañaveral, Florida, se encendieron los motores del gigantesco cohete Atlas V, el cual despegó rumbo al Planeta Rojo, llevando adentro el robot explorador Curiosity (Curiosidad) que pesa lo mismo que un automóvil y en al cual se transportan varios micro-laboratorios.

La misión, que tiene un costo 2 mil 500 millones de dólares viajará ocho meses y medio y se tiene programado que toque la superficie de Marte, aproximadamente, el 5 de agosto de 2012. Al llegar deberá tomar muestras de suelo y rocas en busca de materia orgánica, principalmente carbono, que es esencial en todas las formas de vida conocidas hasta ahora.

Mexicano de altos vuelos

La misión de búsqueda de rastros de vida en Marte sólo cuenta con la colaboración de un científico latinoamericano: el astrobiólogo mexicano Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.

Este experto es conocido a nivel mundial porque ha logrado identificar en diferentes lugares del planeta Tierra terrenos con características similares a la superficie del planeta Marte. Uno de los lugares donde más ha trabajado es el desierto de Atacama, en Chile, pero también ha realizado investigaciones importantes en las laderas del volcán Pico de Orizaba, en México.

En febrero de 2004 la NASA aceptó, en competencia, su propuesta de experimento para buscar rastros de materia orgánica. En diciembre de ese mismo año, 2004, su propuesta fue anunciada como una de las ganadoras que viajaría a Marte.

“Me siento muy emocionado. El proyecto se pospuso una vez, por problemas con las ruedas del robot, que tardaron tres meses en ser reparadas, y ocasionaron un retraso de dos años en el lanzamiento, pues es el tiempo que tarda Marte en darle la vuelta al Sol”, explicó antes de viajar a Estados Unidos para presenciar el lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida.

Navarro detalló que el robot Curiosity lleva varios equipos, entre ellos, el instrumento SAM (siglas en inglés de Análisis de Muestras en Marte), un laboratorio muy compacto que contiene un sistema de fracción para obtener los compuestos orgánicos, que se tratarán en un horno para hacerlos volátiles y luego serán detectados por un cromatrógrafo de gases y un espectrómetro de masas.

Aunque parece de ciencia ficción, con SAM se podrán realizar análisis químicos automatizados, en Marte, para luego enviar los resultados a la Tierra y detectar la presencia, o no, de materia orgánica, un elemento fundamental de todas las formas de vida conocidas en el planeta que habitamos.



“En SAM participamos varios científicos. Mi tarea es ayudar, junto con otros investigadores, a interpretarlos resultados que vamos a obtener en el momento que el robot comience a analizar las muestras del suelo, a partir de agosto del próximo año”, precisó.

Misiones anteriores

Las misiones Vikingo I y Vikingo II, lanzadas por la NASA en 1976 al planeta rojo, ya habían buscado, sin éxito, materia orgánica. Sin embargo, recientemente, un grupo científico encabezado por Navarro encontró evidencia de que los experimentos que habían llevado a cabo las misiones no eran adecuados para detectarla.

Con la utilización del Desierto de Atacama, en Chile, como modelo para estudiar al planeta, el investigador de la UNAM realizó indagaciones que fueron determinantes para el diseño de la prueba que hará SAM.

“Descubrimos qué fue lo que impidió que se detectara materia en las misiones anteriores. Nuestra colaboración hizo que se modificara el diseño para evitar incurrir en las mismas fallas”, precisó.

El robot explorador Curiosity , de aproximadamente una tonelada de peso, analizará durante dos años muestras de roca y de suelo en el cráter Gale, ubicado cerca del ecuador marciano, de unos 150 kilómetros de diámetro y con un montículo central de cinco kilómetros de altqra.


El sitio se ha seleccionado porque se estima que en él podrá estudiarse gran parte de la historia geológica, además de que, según los investigadores, presenta huellas que sugieren que pudo haber sido un lago.
Navarro recibirá la información durante los primeros tres meses en laboratorios de la NASA en Pasadena, California. Después de ese periodo, Navarro recibirá los datos a distancia desde México.

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