Más presupuesto para UNAM, UAM, IPN y SEP; sin gran cambio dinero para Conacyt
(09/09/20) Texto: Antimio Cruz Foto: SHCP
El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021 (PPEF2021), presentado ayer por la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados, mantiene prácticamente la misma cantidad de recursos económicos que en 2018 y 2019 para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y los Centros Públicos de Investigación Conacyt, al destinar para ellos 26 mil 573.1 millones de pesos. Esos fondos públicos se canalizan a través del Ramo 38 del Presupuesto.
La comparación se obtuvo de una tabla difundida por la Secretaría de Hacienda en la que compara los presupuestos entre 2016 y 2020, estandarizando las cifras al valor calculado del peso en 2021.
En contraste con ese estancamiento, el Proyecto de Presupuesto plantea incremento de 3.4 por ciento a los ingresos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), los cuales podrían recibir, respectivamente 42.7 mil; 18.2 mil y 7.83 mil millones de pesos.
Además, si se analiza el dinero para investigación científica y desarrollo tecnológico que se entregará a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para ser repartido a diferentes universidades e institutos, esa dependencia se consolida como la mayor receptora de fondos públicos para ciencia con 42 mil 853 millones de pesos.
“No hay cambios significativos en los últimos dos años. Aunque al revisar la tabla que la misma Secretaría de Hacienda difunde, se está trabajando con 37 por ciento menos de recursos que los que se destinaban a Conacyt en 2016, cuando el Ramo 38 recibió 42 mil millones de pesos”, comenta en un primer análisis rápido el astrónomo José Franco, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y ex coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT)
En la exposición de motivos sobre el presupuesto se afirma que “Para 2021, México contará en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación con un nuevo marco legal incluyente, es decir, con derechos, obligaciones y prioridades claramente definidas para el gobierno, empresas, instituciones de educación superior, científicos y la sociedad en general. Para ello, será fundamental la consolidación de los recursos monetarios para la Ciencia, Tecnología e Innovación y el incremento sostenido de estos recursos como proporción del PIB”.
Sobre esta argumentación José Franco afirma que es la misma declaración de buenos deseos que han hecho gobiernos anteriores. “Pero se sigue repitiendo el mantra de que hay que hacer más con menos y no conozco una sola secretaría de Estado que lo haya logrado. Este año será muy difícil medir si realmente ha sido más eficiente el manejo del gasto, por todo lo que ocurrió con la pandemia, pero no hemos visto que hayan fluido los fondos para investigación como se había prometido. Por otra parte hay un problema grave que no se ha atendido ni se ve que este presupuesto vaya a atender: cómo se va a integrar a trabajar a todos los maestros en ciencias y doctores que se están graduando. Ese es un problema que las universidades no pueden resolver y que sigue siendo una interrogante sin respuesta”, añadió el investigador de la UNAM.